Una de tiros
(a Juan Pablo Feinmann, por el regalo de tanta fantasía cinematográfica)
La madre divorciada desde hacía tres años, cría a tres hijos pequeños.
María Elena trabaja en un estudio, pega plantillas de mocasines para un comercio, cose para afuera en los ratos libres. Cocina, lava y limpia los sábados; asiste a las reuniones escolares...
Juan de seis, Marcela de cuatro y Gastón de tres.
Los domingos va a la plaza.
Esa tarde, un amigo la invitó al cine. Y el padre de las criaturas que no puede los lunes, ni puede los martes, ni puede los miércoles, ni puede los viernes, ni el sábado ni el domingo, esa tarde, que era jueves y era una película, tuvo que poder cuidar a los niños. Fácil: comidos, bebidos, jugados, había que buscarlos a la salida del jardín y esperar.
La madre divorciada vió con su amigo una vieja de cowboys, muchos tiros... no gran cosa, pero hacía tanto que no iba al cine!!!.
Llegó a casa a las 6 hs. en punto y estaba la Seño de la Salita roja con los tres.
Chicos: - "Papá no vino"
María Elena :-" Esperen aquí".
La madre divorciada desde hacía tres años montó en pelo el caballo, cruzó las balas en cruz y quitó la traba al rifle. Al galope, con el sombrero para atrás, llegó al rancho de su ex marido. Pateó la puerta con el taco de su bota izquierda y entró de un sólo salto. Allí estaba, tendido en el sofá, rodeado de cervezas y mujeres. Lo enfrentó haciendo puntería, se corrió el sudor con el puño derecho y disparó, disparó, disparó, disparó...
The End
Fin
La madre divorciada desde hacía tres años, cría a tres hijos pequeños.
María Elena trabaja en un estudio, pega plantillas de mocasines para un comercio, cose para afuera en los ratos libres. Cocina, lava y limpia los sábados; asiste a las reuniones escolares...
Juan de seis, Marcela de cuatro y Gastón de tres.
Los domingos va a la plaza.
Esa tarde, un amigo la invitó al cine. Y el padre de las criaturas que no puede los lunes, ni puede los martes, ni puede los miércoles, ni puede los viernes, ni el sábado ni el domingo, esa tarde, que era jueves y era una película, tuvo que poder cuidar a los niños. Fácil: comidos, bebidos, jugados, había que buscarlos a la salida del jardín y esperar.
La madre divorciada vió con su amigo una vieja de cowboys, muchos tiros... no gran cosa, pero hacía tanto que no iba al cine!!!.
Llegó a casa a las 6 hs. en punto y estaba la Seño de la Salita roja con los tres.
Chicos: - "Papá no vino"
María Elena :-" Esperen aquí".
La madre divorciada desde hacía tres años montó en pelo el caballo, cruzó las balas en cruz y quitó la traba al rifle. Al galope, con el sombrero para atrás, llegó al rancho de su ex marido. Pateó la puerta con el taco de su bota izquierda y entró de un sólo salto. Allí estaba, tendido en el sofá, rodeado de cervezas y mujeres. Lo enfrentó haciendo puntería, se corrió el sudor con el puño derecho y disparó, disparó, disparó, disparó...
The End
Fin
3 comentarios:
Las de vaqueros siempre son buenas ;)
Sencillamente, me encanto.Dario
Coincido con Dario, sencillamente lindo.
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