Primero sirvo
cristal de té marrón
en tazas mejicanas;
mirá qué dulce...
pero nada.
¿Las de la abuela?
Son muy finas...
El té golpea
con olas espumosas
los bordes porcelanos
y da un miedo caliente,
rumoroso.
Miremos el vapor:
sube firuleteando caras,
signos,
se retuerce hasta arriba
para nada.
Contame, té,
adónde queda un hueco sin tristeza
cómo se hace tu miel y se reparte
quien traga, sorbo a sorbo, la ternura
y bebe las respuestas.
Cuál es la ceremonia, té, la exacta,
la medida o el punto transparente
en que todo se sabe,
se sabe, té. Se sabe.
* Foto del álbum " Cosas bellas" de Daniela Rodi
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