Entonces
fue una gota: infancia tierna de agua dulce. Juventud de charco en
charco; sudor salado con trabajo y viajes.
Un
matrimonio apasionado y húmedo que luego fue tormenta.
Chubascos
varios.
No
fue decididamente arrastrada por corriente
alguna,
pero sí se le pueden asignar
varios naufragios. Y varios hijos: cristalitos azules.
María
tiene una vida transparente. Es decir que se puede saber ─saber─
la
vida de María, siguiendo un ciclo de agua.
* En Menta. Ediciones Orillera 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario