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* Literatura infantil y juvenil

sábado, 22 de agosto de 2015

SERIE: “ Te escribí algo, Ramírez” ( Agosto 2015) de Adriana Lis MAGGIO

Cuando mis hermanos y yo éramos chiquitos, mamá nos bañaba en un fuentón de aluminio. Decía: " no se hagan pis porque se les va a caer el pelo" . Claro, yo siempre me hacía y no sólo eso, cuando anunciaba el baño, escondía en las manos piedras de carbonilla, hojas verdes y aserrín de durmientes que encontraba entre las vías. Lo volcaba en el agua para que fuera el mar.
Soy la menor así que me tocaba última por lo que mis hermanos, quedaron a salvo del mejunge y a mi, no se me cayó el pelo pero la verdad, quedé rara.
* AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (1)


Mi abuela fumaba Jockey mentolados. Los sábados- rigurosamente- iba a ponerse los ruleros con la mujer del sodero. Me gustaba muchísimo ir porque la colocada era en el galpón donde se rellenaban los sifones. Papita pa'l loro. Imaginaba todos los gases y burbujas que le metían en la cabeza - ¡por ósmosis directa!- . Ahora Ramirez me dice que fumar, no fuma cualquiera, fuman personas genéticamente predispuestas bla bla. A mamá mona con banana verde. Mi abuela te fumaba hace mil por la mezcla de gas en la cabeza y porque era una vieja de los años 20 que se la re bancaba...
* AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (2)

Desde chiquita tuve la cabeza llena de pensamientos inútiles.Muy. Anotaba nombres posibles para las gallinas de la abuela, sacaba el papel dorado de los paquetes de cigarrillos Particulares que fumaba Juan y hacía proyectos de construcción de adornos navideños. Toda la familia me ponía adjetivos: vaga, loca, ida, misteriosa, perdida, rara, inútil- propiamente dicha- etc. Nunca me preocupé demasiado por el asunto y temo que ya es tarde para lo contrario. Pues, si acaso estuvieran leyendo, no busquen moraleja ni historia ni nada que sirva... porque sólo escribo para pavear.
* AM . De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (3)

Mi abuela decía que acostarse en el pasto traía sarpullido, que las chicas que querían casarse no podían ir a los bailes con pantalones y los domingos de lluvia, había que rezar y coser para tener fortuna.
Decía que los sapos son animales serviciales y curativos- del dolor de muelas, por ejemplo- que si tenías la regla no podías hacer mayonesa y que cuidarse del sol, te mantenía más joven.
Yo la escuché pacientemente esperando crecer para probar si todo eso era cierto.
Y es.
* AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (4)

Luisa era la hermana de mi abuelo que no era mi abuelo (por eso no escribo " tía" aunque de Juan sí escribo " abuelo" ) bah, no es relevante ahora. Lo relevante es que Luisa vivía en el campo y los domingos íbamos a la hora del crepúsculo a tomar Gancia con hielo - los adultos- y limonada- nosotros, los "no" primos pequeños-. Era lo más. Ella sacaba de la heladera a querosene unas cajitas de margarina en las que guardaba preparados de mantecas, a saber: con anchoas; con aceitunas; con hierbas aromáticas... y nos daba tostadas de pan casero untadas con esa infinitud de mezcolanzas. También servía higos maduros - que sabíamos recoger en otras visitas- cortados en cuatro, sobre platos de loza blanca. ( ¡A todos nos daba loza aunque fuéramos niños!) La gloria total eran las servilletas de retazos de algodón floreado, terminadas con borde de crochet.
Está claro que hace casi cincuenta años no existían los chef, ni los súper chef ni los master chef pero existía Luisa, lanomeimportaquenoseasparientenserioporquesosmitiaigual Gourmet.
* AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (5)

Mi mamá junta agua de lluvia desde que la conozco. Traza una hilera de baldes plásticos- que fueron de pintura- tarros y latas varios, debajo de las terminaciones del techo, en el patio.
También- a propósito de las latas- tiene una, que fue de dulce de membrillo y que usa para hacer tortas de aceite con azúcar, o de vainilla.
El agua de lluvia sirve para todo, claro, no te voy a escribir el detalle porque ya lo sabés, Ramírez; pero de los recipientes sí te puedo decir algo: digo que hablan de mi mamá.
Mi mamá, además de juntar gotas, guarda los moños de los paquetes de regalo, las fuentes de la rotisería y los potecitos de tergopol de los helados. ¿Qué no? Que sí, te los guarda y sabés qué, eso puede ser una re grasada o puede ser revolucionario. Mamá dice que ahorra porque en India " ya se están quedando sin... " ¿? y sabe que también nosotros vivimos en países, que deben dejar de tirar.
AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (6)
Mi abuela sonreía muy poco. Era una mujer llena de secretos que - cada verano- yo me había propuesto develar. Sin querer queriendo. Sin planear planeando.
¿Abuela, vamos a tejer? y zaz, entre lazada y lazada, la interpelaba.
¿Abuela, me acompañás a la plaza? pum, otra oportunidad, otra conversación.
Igual, Ramírez, no te hagas ilusiones porque no conseguí mucho. Lo mejor que supe es que ir a robar choclos, los domingos, la ponía feliz, así que no paré hasta que Juan compró un cuatroele que nos sirviera para ir "a por el afano..!" Desde ese día y como ofrenda literaria ( digo, por la bonita imagen) la abuela, Juan, yo y los choclos nos reíamos largo mostrando los dientes como los mismísimos ¡granos luminosos!
* AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (7)

Yo quería ser como mi abuelo ( en realidad, no era, Ramírez, te conté, pero fue, no importa) Era pintor, albañil y árbitro de fútbol. Nada me hacía más ilusión que tener un silbato de lata y mandonear a veintidós hombres, todos juntos. Tenerlos a raya: " Tiro de arcooo" ; "Vos, vos, el delantero derecho, jugaaá limpio o te vas" ...
A los siete, me había aprendido casi todas las expresiones que escuchaba en la cancha.
Usaba el tiempo aburrido de las siestas para ensayar sus gestos, repasar qué le gustaba, a qué le tenía miedo...
La clave eran Lobito y Cuchu, los perros, que solo lo seguían a él. Me llevó tres veranos pero logré el tono de voz con que los llamaba Juan y cuando nos vio, me adoptó para siempre.


(Si esto fuera ensayo y no literatura, anotamos lo de lo masculino y bla bla bla... pero ni ahí, subirte a la escalera, empapar los rodillos y el domingo, rajarte de la abuela para el fútbol, es la mismísima libertad de San Martin. Y a mi, claro, no me importaba nada más.)
* AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (8)

Conocí el mar a los diecisiete, cuando me casé. Después de tres días de fiesta -intercambiando presentación de amigos y familia-nos fuimos a la costa del sur: desde Necochea hasta Las Grutas. En la primera bajada a la playa, el primer marido fue a jugar fútbol y yo, con las mareas. Probé la orilla, metí las patas, mordí la arena y una vez considerablemente adentro, me desnudé ( recuérdese que tenía 17).
Ay.
Ay.
Ay.
¿Cuánta agua salada me debía habiendo nacido en esta llanura pampeana, a pura sed?
Separé todos los caracoles que pude- durante el recorrido- y construí una casa, una familia, una vida. El mar - y yo- vamos y venimos, vamos y venimos, vamos y venimos sin quedarnos nunca ... aunque a veces te dan ganas, no se siente nada mal.
* AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (9)

En la casa de la abuela, de lunes a viernes, a las cuatro (16 hs) tomábamos mate. La ceremonia era preparar todo en una bandeja de madera: azucarera, termo, bizcochos, mate y limón. Como siempre era verano - período de vacaciones escolares y sol para este lado del mundo Occidental y Cristiano: Vértiz. La Pampa. Argentina-. Digo, como era verano nos íbamos al patio, abajo de la galería de glicinas. El abuelo llevaba la radio y ponía " La hora del acordeón", un programa de la FM de Huinca Renancó ...y empezaba la fiesta.
Hablar entre grandes, aprender de las flores : " esas son rosas chinas, aquellas como no sé, les puse “ tubulungas” , viejas empolvadas, cosmos, crestas de gallo … ¿Y aquel árbol, abuela? es un níspero. Paréntesis: desde entonces no paro de amar los nísperos.Cierra paréntesis.
Ahh.
En el aire, la bruma del calor y la pachanga de la radio con canciones dedicadas y en mi cabeza, un futuro de García Marquez al que, obvio, no conocía pero estaba ahí, nombrando cada cosa del mundo como hacíamos la abuela y yo.
* AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (10)

Me parece que cuando era chiquita no había día del niño..? No estoy tan segura pero de lo que sí estoy segura es de que no había Papá Noel. Los que traían regalos- una vez al año y chau- eran los Reyes Magos. Y eran Reyes de "a camello", nada de por internet o por mensaje de texto. Me preocupé mucho una vez que me tocó en la casa de la abuela. Zaz. ¿Y ahora? Por supuesto que llegaron y tardé unos cuantos años en saber el truco. Esa revelación y la de la " prueba de amor" de Tita Merello en la revista "Nocturno", fueron de las verdades más crudas que afronté en la vida...
*AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (11)


Tejer es un verbo que combina con abuela y pienso:... qué choto que "abuela" sea sustantivo común, pero bué... te aviso Gramática Occidental y Cristiana que la Abuela, igual, era cero común y encima, no sabía tejer. Yo si, desde pequeña, me enseñaron dos mujeres de ferroviarios, claro. Un verano hicimos -con la Abuela - un plan: tejer una bolsa para los mandados con sachets de leche. ¡Jua! Ella juntó, lavó y cortó las tiras y yo tejí. Una porquería de resultado pero nos divertimos taaaanto. Es más, si busco con paciencia creo que voy a encontrar un poema intitulado: " Bolsa de los mandados" ¿Podés creer Ramírez?!
* AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (12)


¿Qué te creés que me pasó, por primera vez en la casa de mi abuela, Ramírez?
¡Me vino! ¡Imaginate! De mi madre tenía información cero, de las amigas, poco y en la escuela, respecto del "cuerpo" enseñaban: cabeza, tronco, extremidades superiores, extremidades inferiores y entre el tronco y las inferiores: ... no había nada?!
Por suerte de pequeña ya era optimista y como para morir y ser Angelito estaba grande, pensé " soy Hada" ( no me cerraba el color del pelo porque Patricia, la que yo quería, del Billiken, era rubia pero...) El asunto es que " la cosa" seguía y me lancé a la búsqueda de trapos y literatura. Encontré unos libros de recetas, unos facsímiles de la Familia Cristiana y una vieja Siete Días con un reportaje a Alejandra Da Passano que arrimó bastante. Ella decía " ... me hice señorita y ahí nomás me casé, llegaron los hijos, la carrera de actriz y una vida burguesa que adoro. Aunque sea simbólico, nada me costó demasiada sangre y disfruto vivir".
Iba queriendo el tema, pero te la sigo porque costó entender "el suceso"....
( Continuará...)
AM. De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" ( 12.A)

Mi abuela decía que tenía que estudiar de maestra porque era una carrera de señoritas. Que usara el pelo largo hasta casarme y luego, más corto. Que me casara pronto, para ayudar a mamá. Que buscara un "candidato" en la ciudad y no en el pueblo y que no tuviera demasiados hijos.
A la hora de la siesta me contaba una versión " cocoliche" de Epaminondas y hacíamos una especie de yoga en el cuarto del final de la galería, que era como el de huéspedes.
A veces nos barnizábamos las uñas y tomábamos anís 8 Hermanos en copitas azules.
El único paseo que hacíamos juntos- los tres, con Juan- era el de los domingos a robar choclos y el del Día de los Muertos, como de pic-nic al cementerio.
La vida es tan buena conmigo, Ramírez, que ya tenía yo una abuela bien rarita, para ir pintando como escritora...
* AM . De la Serie " Te escribí algo, Ramírez" (14)






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