Fernando tiene la teoría de la fruta podrida. Que sí –explica- que si vos ponés una sola manzana enferma en el cajón, ya basta. Todas se pudren.
Pero Paula es una muchacha que tiene de manzana las mejillas. Suave Paula. Roja Paula no escucha razón ni tiene prevenciones, no. Paula es una muchacha que se puede describir como a una misma huerta: igual de colores y sabores y el rocío por la raíz y esa humedad y los aromas de orégano y cilantro...
Que sí- insistirá Fernando- ponele que son tomates y te da igual, si uno está feo se pudre todo.
Pero Paula es una muchacha fresca, tiene poca memoria y zapallitos verdes, calabaza, calabacines... Escucha apenas parte de lo que él le conversa y –por principio- nunca hecha fertilizante a nada. A puro terrón de tierra negra y manos crecen sus frutos.
Entonces los dos trabajan, mezclan y clasifican hasta que finaliza la cosecha y Paula decide otra teoría:
Si estamos juntos y hay tanta gente, por algo debe ser.
Fin
1 comentario:
Teorias no son certezas, no?
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