Por Germán Bodrio
No me dejaban en paz. Hacía media hora que había recibido el e-mail y no encontraba el modo. Sonaba el interno, venían por comprobantes del siglo pasado, o revoloteaban a mis espaldas, buscando desvíos, conversaciones que los alejaran de sus escritorios, condenándome al ejercicio, al calambre de maximizar y minimizar ventanas, todo el tiempo.
(...)
* El texto completo en www.certamenorillera2009.blogspot.com
1 comentario:
Me gusta el estilo, buen cuento.
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