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* Ediciones Orillera es un sello de autor (2009) con el que llevamos publicados diez libros. Podés pedirlos aquí orillera@gmail.co o al teléfono +549 2954 614932

* Literatura infantil y juvenil

viernes, 26 de diciembre de 2008

Navidades (*)


Conocí Paris y caía nieve sobre las viñas de Reims, la región de las uvas gordas para el champagne más champagne. (**)Viajé en tren cruzando hacia Donostia viendo como cambiaban los rostros y el idioma. Anduve el Sena, el Moldava, el Danubio, el Río de La Plata… pero elijo contar una experiencia en Puelches. Una experiencia de fin de siglo. Puelches es un pueblo de no más de 500 habitantes, al sur pampeano, al final de la enorme cuenca del Desaguadero –Salado- Curacó. Largo recorrido que transitaron araucanos, mapuches, tal vez el mismo Nguenechen, Dios que todo lo ha creado, caminaba esos bordes. Puelches se conecta por ruta en forma directa con la ciudad de Santa Rosa, capital de La Pampa, Argentina y es conocido porque allí se encuentra una subestación de rebaje para el transporte de energía eléctrica desde El Chocón. Recibí el 2000 en ese pueblo, entre piquillines y jarilla. Mi hermano trabajó en la mencionada subestación de energía durante 19 años y ese 31 de diciembre debía cumplir un turno. Allí fuí con, castañas de cajú más el abundante champagne de las viñas nevadas a brindar con él, su familia y la inmensidad del desierto. Enfrente del complejo eléctrico está la Urre Lauquen, laguna salada que junto a La Dulce y La Amarga completan el paisaje puelchano. El lugar es el paraíso de la electricidad, hay torres, casillas de energía, el refugio de la policía y tres o cuatro casas -estilo inglés- vacías. En la única habitada esa noche, estábamos nosotros, mi madre había colgado lucecitas en un pino alto y mi hermano querido cocinaba un chivo en la estufa hogar. El placer del sabor de los chivos de Puelches es exagerado. La soledad, el canto de los grillos, la bruma azul de la Urre Lauquen, son exagerados…. “Era una triste paloma/ensortijada la niebla/un alma bruja perdida/por esos cerros violetas” afirma Juan Bustriazo Ortiz, poeta pampeano, en su Estilo de la niebla. Cenamos y brindamos mientras afuera el silencio y el cielo como mar confirman que es verdad que los mapuches estuvieron allí cantando " ELLANELAI CALLFU MAPU"( Qué bonita es la tierra que se ve tan azul).

No hubo efecto 2000 en las computadoras, todos los usuarios brindaron iluminados y sin apagones gracias a nuestra guardia eficaz, empezó el nuevo año y nos fuimos a la cama. Dormí hasta las diez. Con el sol alto el desierto es otra cosa, otra magia. Salí de la cama, de la casa, de la calma, como estaba y la energía a esa hora, con casi 40 grados, vibra, vibra y provoca un reflejo plateado por el que nadan los mil bichitos del monte. Andar semidesnudo, y semidescalzo es una sensación que se parece a estar libre pero la inmensidad del lugar te desafía. Vuelta de mi paseo – 8km hasta el puente del Salado- Chadileuvú- me tocó la parte de hacer los mandados. Ahora en auto, nos fuimos hasta el almacén del pueblo con mi sobrina - 15km-. Puelches gente belicosa- según las toponimias consultadas- estaba quieto. Volvimos con cebollas, tomates, ají y un pollo que mi madre convirtió en el mejor tuco del siglo. Almorzamos tarde unos tallarines amasados – una persona, una yema- a pedido de mi ya puelchano hermano que hizo desesperado uso y abuso de la familia, y dormimos la siesta. Regresé al día siguiente por la ruta 152. A 33 km, sobre esa misma ruta, está el Parque Nacional Lihué Calel, Las Sierras de la Vida, el sitio elegido por la gaillardia cabrerae, una margarita amarilla que es la flor pampeana y da el toque de color a esas formaciones de roca volcánica de origen precámbrico. Pasaron unos años y mi hermano se fue trasladado a Macachín, pero vuelvo a Puelches todo el tiempo vuelvo. Desde 2004, el gobierno de la provincia trazó un proyecto sueño hacia el norte- a 110 km de allí- se construye Casa de Piedra. Una Villa ecoturística en torno a un gigante espejo de agua generado por una presa que ocupa 36.000 hectáreas y convierte al lugar en un oasis en medio del gris y la roca que anuncian la patagonia. Tal vez un proyecto que, además de desarrollar una estrategia productiva y de expansión, intente dar respuesta al desafío histórico de devolver verde y agua a la sed pampeana. “Le crece solo al pampeano/ su sed por el arenal/ y en los charquitos que deja/ moja la copla al pasar. / La Pampa tenía Ríos/ yo no sé si los tendrá;/la cosa está conversada / y yo la quiero cantar”. Julio Domínguez canta esta milonga corralera y acaba el cuento de mi viaje por Puelches y hacia el siglo.

Seguiré planeando ir otra vez a Paris, a Praga luminosa, a Paraty de la selva húmeda, a todos los lugares posibles. Ir y volver siempre a La Pampa, la tierra que me habita y habito.

*Navidad de cambio de siglo. Puelches. La Pampa. Argentina. Relato de viaje publicado en Clarin. Premio NR 2005.
** La foto de inicio de blog, fragmento de la copa de champagne, fue tomada en las bodegas de Moet & Chandon, Epernay. Francia.
* Foto " Del otro lado", en Casa de Piedra. Octubre 2008

jueves, 25 de diciembre de 2008

Antonio y Martita presentan...


Los ojos de Antonio son chiquitos y hondos como los pozos que cavan las avispas en la tierra mojada. Tiene un bigote peludo y desparejo y un cinturón de cuero marrón que era de su abuelo piamontés. (Me lo dijo Elvirita, pero no importa).

Antonio es un señor de cincuenta y pico que atiende la Biblioteca Municipal en mi pueblo y al que yo conozco desde hace casi diez años.
(La verdad es que siempre pensé que era un viejo de mierda, un profesor aburrido y cansado que para pasarla más tranquilo, prefirió vivir en un pueblito chico antes que dar clases en una ciudad grande).

Tampoco es que no hiciera nada en la Biblioteca, pero no te daban muchas ganas de buscar libros y revolver en ese lugar. (La verdad es que nunca me gustó leer y sólo cumplí con lo que pedían mis maestras).

Siempre me pareció mejor estar sin hacer nada. Sin hacer nada de hacer con hechos, con las manos, pero sí de hacer con la cabeza: fantasías, por ejemplo. Héctor Antonio dice que me creo todo lo que me cuentan y es verdad pero tampoco soy tan tonta.

Una vez me dijeron que de las palmeras de la plaza se hace el talco y yo antes de creerlo,investigué.Pasé horas y horas en la plaza, en distintos meses del año, de noche y de día hasta que comprobé que entre enero y febrero, de las ramas verdes del centro les sale un polvillo blanco con el que se hace... el talco!!!.

Y se lo conté a Héctor Antonio. Le conté cuando descubrí que ni los sapos ni los grillos cantan, que a uno le vibra el pecho y al otro las alas.Me dijo que si leyera más..., encontraría todo en los libros y yo no me quedé callada:“ Si Usted…bla bla. “ Si Héctor Antonio tuviera más fantasías la Biblioteca estaría mejor. Se lo dije. Le dije que es más descansado imaginar y andar soñando que leyendo, que si uno mira bien se aprende mucho. El me dio como un sermón y me anotó un libro.
(La verdad es que tardé bastante pero me lo leí todo. Y lo entendí también).

No es que Héctor Antonio no fuera mi amigo pero no teníamos confianza por lo que me pareció raro el día que me llamó. Fue después de la siesta y yo estaba controlando la palmera “polvera 1X1” (les ponía nombres medio científicos para darle seriedad a mi investigación). Ahí estaba cuando gritó mi nombre desde el jardín de la Biblioteca:
-Martitaaaa
Crucé pero me dijo que quería hablar conmigo más tarde, cuando se fueran los chicos que estaban en la sala de estudio.¿?
Me dio extrañeza, cómo de qué le picó a éste??! pero no tuve miedo y menos iba a dejar de ir porque Héctor Antonio era aburrido, pero muy bueno.
A las 17.55hs ( tenía la hora muy calculada por el experimento del talco), fui.

Héctor Antonio se sentó en un silloncito azul y habló:
-Yo también tengo sueños. Sueño con los autos. Desde hace muchos años junto dinero para comparme un “Kaiser Carabela” bordó con el paragolpes plateado y asientos de pana grises con ribetes de cuero. Me gustan tanto los autos!. Sé exactamente cuántos caballos de fuerza tiene un Rambler Impala y cuántos una camioneta Ford clase A. Leí todo sobre el Kaiser, sé cada detalle de su mecánica, su motor, su amortiguación.
¿Te acordás de mi sobrino Juan Pablo, el abogado, el hijo de mi hermana Flora de Buenos Aires?
-No
- Antes de ayer pasaba desde la capital para ir hasta Río Gallegos (está trabajando muy bien y tenía que hacer trámites de negocios) y venía en un Kaiser bordó...
- Huuuauuuu…
-... pero lo agarró el paro de los camioneros y no pudo poner combustible para llegar hasta el sur así que se tomó un colectivo para no atrasarse ( tiene que estar allá diez días) Me lo dejó mientras tanto.
-Huaaauuu…
-Ahora tengo en el garage un sueño cumplido.

Desde ese día Héctor Antonio me ayuda a controlar palmeras para ver cuándo cae el talco y yo, no mucho, pero bastante, leo.


Fin

jueves, 18 de diciembre de 2008

Dos melómanos dos


Conozco dos. Dos melómanos. Uno tiene incipiente divorcio, incipiente barba e incipiente gusto por los villancicos navideños. Sabe de jazz y sabe de tango, sabe de fusas y corcheas según suenen en piano piano piano, o teclado…pero no sabía ni pío de quedarse solo los domingos después de tantos años de casado. (Silencio en pentagrama, mal).
El melómano Dos, suele pasear su perro recorriendo el mismo camino que recorro yo, con mi Orillera perra. Lo veo pasar con auriculares, escuchando vaya a saber qué nuevo experimento sonoro o que dulce femenina voz. Ignota. La música los une para mi relato y ahí los pienso y veo. Uno, haciendo marquitas de fibra negra sobre sus cidís vírgenes, y el otro que separa meticulosamente muy, los blues de los boleros. En la vida hay amores/ que nunca…En la vida del melómano –ya sea Uno, ya sea Dos- hubo infancia con Radio Nacional; madre viuda que quería ser bailarina; casa con patio, orégano y malvones; perros; mujeres; pileta Pelopincho; un wincofón; libro con letras de todas las canciones; guitarra y flauta dulce; cospeles de teléfono; un cuadro de Gardel…, en fin. Todo todo todo lo que viven -anque vivieron y vivirán- estos melómanos de referencia, suena.
...pueden ollllvidarse".

lunes, 1 de diciembre de 2008

La inédita


Por orden de aparición fue el deseo de escribir ( ¡esa fiesta!) y luego mí, o sea yo. Yo nacime: nacimí (mi) escritora de. Desde entonces abono a la tarea de ser poeta en vida. Escribovivo. Escriboviva. ¡Viva!. Las historias me envuelven y son (son). Me desenvuelven (y ton).
Hace cuarenta y miles de años que cuento cuentos de uno en uno,digo las poesías en las orejas que más encuentro y más orejas (¡más!). Cantidades. Y las novelas. Con las novelas tardo demasiado tiempo. Estoy tanto cansada ( tanto), a los cuarenta y mil de años,...y solo acabé -apenas-con dos (2) lectores completos.
Ya.
Fin.