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* Literatura infantil y juvenil

sábado, 22 de agosto de 2009

Hagamos un conjuro para encontrar respuestas


Primero sirvo 
cristal de té marrón
en tazas mejicanas;
mirá qué dulce...
pero nada.
¿Las de la abuela?
Son muy finas...
El té golpea
con olas espumosas
los bordes porcelanos
y da un miedo caliente,
rumoroso.
Miremos el vapor:
sube firuleteando caras,
signos,
se retuerce hasta arriba
para nada.

Contame, té,
adónde queda un hueco sin tristeza
cómo se hace tu miel y se reparte
quien traga, sorbo a sorbo, la ternura
y bebe las respuestas.
Cuál es la ceremonia, té, la exacta,
la medida o el punto transparente
en que todo se sabe,
se sabe, té. Se sabe.

* Foto del álbum " Cosas bellas" de Daniela Rodi

jueves, 20 de agosto de 2009

Pobre hombre...


Fue y vino. Vuelve. Va. Violeta tiene una sonrisa tímida y los ojos muy muy muy negros. Soledad es blanca toda. Y él, que no puede decidir. No. Fue, se casó con Violeta allá por el verano y tuvieron un hijo varón y una gata siamesa. Trabajo de oficina, mate, un beso cada vez más tenue. A la gata el mundo le resbala y a Violeta no tanto, pero casi. Ya son siete años y unos meses, dos mudanzas, el crédito del Banco, un plan de vacaciones a Montevideo...pero él piensa en Soledad. Desnuda es blanca y su mano (la de él) se dibuja en contraste cuando sube. Le gusta desprender su vestido (el de ella) y que caiga, que caigan. Va, Soledad cultiva arándanos y trabaja de actriz en un teatro under. No tiene hijos, no tiene gata, no tiene problemas en que él vaya y vuelva y venga o fue. Violeta canta fados cuando pasa el plumero y Soledad actúa de Medea. Tienen el pelo largo. Tienen mejillas rojas. Tienen ombligos suaves....Cada una, la blanca, la morena, viven su mundo calmas como la calma chicha, pero él no puede decidir.

martes, 4 de agosto de 2009

La torta de cumpleaños


La familia de Tatá siempre tuvo panadería. El primero en empezar fue el abuelo Simón . De esa etapa, lo más rico eran las galletas. Lo más rico y lo que más se vendía, porque en el pueblo todos facturaban chorizos y no había mejor combinación : chorizo y galleta. Después vinieron las trinchas, un pan como de mariposas gordas en donde las alas, venían a ser unas migas crocantes, perfectas para comer con manteca y azúcar. Así se sucedieron los panes y las generaciones. Galleta, trincha, flauta y flautín, las variantes con dulce y pionono de seis huevos, bizcochuelo de ocho , amén. La familia de Tatá fue leudando con harina cuatro ceros y  cada uno agregó gregó Gregorio. Esencia de vainilla, grasa de peya o  sésamo según, según sin so sobre trás. Según. Según la clientela y el molino proveedor. Canela, pan y agua hasta que llegamos a Tatá, la menor de la casa que hoy cumple años. Hoy, que la panadería se fundió y de los chorizos con galleta no nos queda ni el hilo, Tatina tí Tatá va a soplar tres velitas sobre una torta que hice yo. Que hice qué me importa que no soy panadera ni familia ni nada, hice una torta redondita ita ita, que tiene transparencia, caramelo, chocolate marrón, dulce de flores, un  volado de perla, animales, dos nubes y un sol, cuatro estrellas de almíbar con nueces mariposa y  hojas de menta silvestre y tomá. Que los cumplas feliz muy muy , con todo mi corazón.