De tanto no hacer nada, hice un agujero. Otro agujero negro. Encima no encuentro las cosas porque decididamente no las busco. Puseme me mi me ma mo no ni me mima mi mamá. Me disperso. Otra vez:puseme a leer y se trataba de una tortuga enferma que vomitaba rojo. Y asi no se puede, entonces mejor caminar por el mar pero acá no hay mar y no me ahogo. Nada, entonces. Nado no, porque no hay mar.Ni. La palabra que no había que decir nunca, la descubrió él y la deletrea sin piedad, acto por el cual desaparezco. No. Como es una metáfora, estoy igual y no quiero pero estoy. Igual. Tiesa. Soy. Es. Es agosto sin viento por lo que no volaré ni volareme hasta quien sabe cuándo. Tampoco.Me animo pensando que septiembre queda cerca más, irremediablemente sé, aunque mejor no lo supiera, que todavía va a helar. Hiela. Fija. Plantada temprano nunca seré naranja.
4 comentarios:
¿Linda la naranja pero, no hay más historias?
Lectora fans club
Amarga la naranja...
devota lectora
Uy, si. Parece que septiembre viene nublado...
Te dejo mar, Adriana Lis, y he disfrutado lo que escribes.
Quiero a Santa Rosa, mi hermana vive allá.
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